domingo, 11 de abril de 2010

GREGORIO SUBERVIOLA BAIGORRI

Morentín (Navarra), 9 – 5 – 1896 / Barcelona, 13 – 3 – 1924. Anarquista de acción ligado a Durruti y Ascaso. Pasó su infancia en su pueblo natal hasta que en 1919, tras realizar el servicio militar en Estella, abandono la casa familiar rumbo a Zaragoza y San Sebastián, momento en el que cabe situar su alistamiento en las filas anarquistas. Trabaja en la construcción del Kursaal donostiarra y junto con Buenacasa participa en la organización de los obreros del ramo. En 1920 llega a la capital guipuzcoana Durruti que con Suberviola, Ruiz, Aldabatrecu y Marcelino del Campo crea el grupo Los Justicieros, muy activo en Zaragoza y San Sebastián. Acusado de haber intervenido en un supuesto atentado contra el rey (1920), Suberviola y el grupo se trasladan a Zaragoza, donde reciben ayuda de Inocencio Pina. Allí proyectan creara una federación anarquista de alcance peninsular que acelere la revolución, así como la adquisición de armas por medios violentos (asaltos bancarios en el País Vasco). Parece que entre 1921 – 1922 se dedicó a ampliar sus conocimientos teóricos respecto al anarquismo y es posible que asistiera a algunas sesiones de la Conferencia zaragozana de 1922, época en que el primitivo grupo se amplía y toma el nombre de Crisol (Durruti, Suberviola, Torres Escartín, Marcelino del Campo, Ascaso). En agosto de 1922 el grupo se encuentra en Barcelona, donde logran reforzar el grupo con militantes del Sindicato de la Madera hasta constituir el grupo Los Solidarios en octubre de 1922. Los Solidarios se replantean la creación de la federación anarquista española e inician una serie de acciones espectaculares sobre las que aún se discute si contaban o no con el beneplácito de CNT (se habla de un Pleno de Regionales valenciano de la primavera de 1923en el que pudo haberse acordado la creación de un Comité Nacional revolucionario, con Pestaña, Ortega y Suberviola, encargado de organizar la lucha frontal contra el Gobierno). Detenido en Zaragoza en marzo de 1923, se le quiso involucrar en un crimen del Sindicato Libre. Escapo de la cárcel aragonesa el 8 de noviembre. Con la implantación de la dictadura de Primo de Rivera, las actividades de los grupos de acción se topan con renovadas dificultades y el cerco policial se estrechando, hasta que el 24 de febrero fue localizado en Barcelona. En el enfrentamiento con la policía cayó muerto Marcelino del Campo y herido Gregorio Suberviola, que fallecería el 13 de marzo

domingo, 22 de marzo de 2009

SAN SEBASTIAN 1962. OBJETIVO: MATAR A FRANCO

Extractos del libro “Los atentados contra Franco” de Elíseo Bayo

El Caudillo solía repartir sus vacaciones de verano entre Galicia y San Sebastián. Con la recepción en La Granja para celebrar el aniversario del Alzamiento, el 18 de julio solía significar el fin de la actividad política y el inicio de las vacaciones. Los ministros se dispersaban según sus preferencias en las costas o en la montaña y sólo acudían a un Consejo que se celebraba en La Coruña y, un mes después, en San Sebastián. Cada año se repetía invariablemente el mismo itinerario, pero los periódicos no daban noticia de los desplazamientos del Jefe del Estado. Sólo comunicaban que el Caudillo se hallaba ya en su destino.
Al principio del verano en una reunión de todos los miembros que integraban el “Submarino” - así era conocida familiarmente la sección D - I - se discutieron todos los pasos de una operación que pretendía “ejecutar” al Caudillo en el momento de entrar en su residencia de Ayete, en San Sebastián. Con antelación suficiente era posible minar la carretera exterior del palacio y hacer estallar las cargas en el momento en que el coche de su Excelencia entrara en la zona.
Sólo había un problema: conocer con exactitud el día y la hora de la llegada de la comitiva. La presencia de Franco en San Sebastián tenía carácter privado y no estaba prevista ninguna recepción oficial. La caravana se dirigía directamente al Palacio y al día siguiente acudían las autoridades locales y provinciales a agasajar al Caudillo.
Cipriano Mera y un dirigente libertario de procedencia vasca informaron al D - I que las conversaciones con ETA habían llegado a un punto positivo. Ambas organizaciones se repartirían la misión en los siguiente términos: ETA transportaría el material explosivo - veinticinco kilos de “plástico” - y las armas cortas del comando desde Bayona a San Sebastián por mar. ETA ayudaría al comando del D - I a moverse por el País Vasco y a protegerle en la retirada. Sin embargo, ETA no estaría al corriente de la magnitud del atentado, cuya ejecución se reservaba el D - I. Por ser historia demasiado reciente no ha sido posible divulgar los nombres de las personas que formaban parte del comando conjunto.
El enlace en Madrid para seguir los pasos del Caudillo era un militante de las juventudes libertarias que transmitía por radio mensajes cifrados. La cuenta atrás para la ejecución del atentado empezó al menos un mes y medio antes de la fecha en que se preveía la llegada de Franco a Ayete que solía ser hacia mediados de agosto.
La pequeña embarcación - una de las que por entonces pertenecía a la “flotilla ligera” de la que se servía ETA - se hizo a la mar en San Juan de Luz y amparada por el espeso tráfico pesquero del golfo de Vizcaya tocó tierra un atardecer en una playa cercana a San Sebastián. En aquella época, cuando aún no se había desencadenado la gran ofensiva etarra, la vigilancia no era excesiva y las patrullas costeras, aun sabedoras de que se realizaba un importante trasiego de contrabando, no podían prestar atención a todas las embarcaciones que pululaban en las aguas pesqueras. El comando etarra recogió las armas y el material explosivo. Debidamente empaquetado llegó también un aparato emisor de ondas fabricado por un técnico español de la CNT - hombre cuya vida supera cualquier leyenda - que había recibido el encargo de preparar varios aparatos. Entusiasmado por ese proyecto y por otros que más tarde se llevarían a cabo, Cipriano Mera había decidido contar con un “stock” importante de radioemisores. Por cierto que el técnico no los montó a partir de piezas existentes en el mercado y fácilmente controlables, sino que recurrió a los servicios de un compatriota que trabajaba en una base militar norteamericana. Ningún servicio de información francés detectó la fabricación de estos aparatos.
Mientras el enlace en Madrid se “sepultaba” para empezar a transmitir informaciones, el comando ETA entregó la carga explosiva a los enviados del D - I en San Sebastián. Debían actuar con celeridad pues era de suponer que se establecería un cordón de vigilancia en los alrededores de Ayete tan pronto como Franco saliera de Madrid para Galicia. El comando pudo moverse sin sobresaltos. Por razones de seguridad y para estar cerca de su objetivo rehuyeron las pensiones y los hoteles y se instalaron en un camping junto a la playa. Desde allí, amparándose en la oscuridad y paseando como si fueran dos parejas de novios, se internaron en el monte. Eligieron el tramo de la carretera que conduce a Ayete idóneo para el atentado: visible desde la posición en que se situaría el comando que haría estallar la carga mediante onda y suficientemente ancho para que el coche de su Excelencia se acercara a la zona minada siendo observado por los activistas. El comando procedió a excavar un pequeño túnel desde la cuneta. En pocas horas quedó terminada la operación, incluida la evacuación de la tierra. Depositaron en el interior veinticinco kilos de “plástico”, más que suficientes para cumplir el objetivo. El comando dejó “dormir” el explosivo sin colocar las pilas eléctricas que recibirían la onda para provocar la explosión. Todo dependía ya de la suerte. El atentado había sido reproducido en una base de entrenamiento en Francia y se conocía el comportamiento y la duración de las pilas. No podrían permanecer más de siete días enterradas, lo que añadía una dificultad seria al proyecto. Tendrían que ser colocadas no más de una semana antes de la llegada de la comitiva. La vigilancia se habría incrementado notablemente, pero el comando se consideraba capaz de burlarla para introducir las pilas y poner en marcha el mecanismo. Siete días. La responsabilidad de la acción recaía a partir de entonces en el enlace de Madrid que tendría que seguir a Franco en sus desplazamientos por el Norte de la Península.
El 17 de julio el pueblo de Madrid tributó un homenaje a Franco. Doscientas setenta y cinco mil personas le aclamaron con motivo de la entrega de siete mil quinientas viviendas construidas en el Gran San Blas. Durante el último decenio Madrid había crecido en un 36 por 100. Al día siguiente se celebró la tradicional recepción en La Granja, con motivo del XXVI aniversario del Alzamiento. Franco podía considerarse satisfecho de su buena estrella. La tormenta contra su Régimen había amainado. En el campo internacional - a pesar de que las democracias occidentales seguían mostrándose reticentes - había triunfado. Quedaban lejos los años de la nota tripartita. El Gobierno había abierto las puertas a las inversiones extranjeras y Madrid era la cita obligada de banqueros y de inversores que en los diez años siguientes llegarían a dominar las industrias clave del país. Franco llevaba veintiséis de Gobierno y contaba en esa fecha el mismo número de años que ministros había tenido: sesenta y siete. No tenía problemas con su salud y las fotografías de la época nos lo muestran asombrosamente joven. Quizás un poco demasiado gordo, pero ágil y lucido. Los rumores inventaban toda suerte de enfermedades mortales, nacidos de la impotencia y de la obstinación con que el Jefe del Estado seguía asentado en El Pardo. Poco antes había sufrido un accidente que levantó numerosas especulaciones. En una cacería su escopeta de caza se había reventado, produciéndole una lesión en la mano. También entonces se habló de atentado, perpetrado esta vez por personas que tenían acceso a la armería y al Pardo.
El martes, 24 de julio, la Prensa publica una noticia fechada el 23. Franco ha llegado a La Coruña a las ocho de la noche. Ese mismo día, un veterano faísta, Pedro Sánchez Martínez, cuya mutilación y avanzada edad no le impiden desafiar a las patrullas de la Guardia Civil, sabotea mediante tres cargas de explosivos otros tantos postes eléctricos interrumpiendo la corriente entre las ciudades industriales de Manresa y Sabadell. Le acompaña Ramón Vila Capdevila, Caraquemada. Pedro Sánchez será detenido el ocho de agosto, en un encuentro con la Guardia Civil en el Pirineo, trasladado a Barcelona y condenado a treinta años de cárcel.
Como es habitual los periódicos no han anunciado previamente el viaje de Su Excelencia y los españoles se enteran de que su Caudillo ha emprendido las vacaciones sin que se sepa si ha llegado a Galicia por carretera, en tren o en avión. El viernes 27, Franco recibe al periodista Benjamín Wells, del New York Times, acompañado de Adolfo Martín Gamero, director general de la Oficina de Información Diplomática del Ministerio de Asuntos Exteriores. Franco no concede ninguna importancia a la agitación social que conmueve a España. Invariablemente, repite que las huelgas han sido fomentadas por el comunismo internacional y que los obreros han sido engañados por agentes a sueldo de Moscú. Entre esos “agentes” figuran hijos de leales servidores del Caudillo, ministros y Almirantes (Lacalle y Sartorius). El veinte por ciento de los presos políticos que se almacenan en Carabanchel han sido seminaristas y la mayoría de los otros procede de familias de la derecha tradicional.
Nadie hace vacaciones en el verano de 1962. Once presos, que cumplían condena en el célebre Penal de San Miguel de los Reyes por atracos a manos armada y sabotajes, culminan un ímprobo trabajo de meses. Han construido una galería subterránea que atraviesa el penal y a la que han llevado corriente eléctrica. El 31 de julio logran evadirse. La Guardia Civil se moviliza en la zona levantina y llegan refuerzos de Zaragoza. La invasión de turistas se encuentra con fuertes controles en las carreteras.
Coincidencia o no, cada atentado proyectado contra el Jefe del Estado y después contra el Presidente del Gobierno, concordará con la llegada de una importante personalidad política norteamericana. Kissienger se marchó de Madrid horas antes de que Carrero Blanco saltara por los aires a un tiro de piedra de la Embajada norteamericana. El 5 de agosto de 1962, cuando el comando de Ayete duerme esperando el día cero, llega a España en visita relámpago el embajador USA en la ONU. Adlai Stevenson aterriza en Madrid, se entrevista largamente en San Sebastián con el ministro Castiella y se reúne, en Madrid, con el Capitán General Muñoz Grandes. Existe “un completo acuerdo entre ellos” dice la nota oficial. El día siete de agosto Franco preside un Consejo de Ministros en La Coruña. El ocho presencia una corrida de toros.
El enlace, que se hospeda en una pensión de La Coruña, se impacienta. Trata de conseguir inútilmente una pista sobre los proyectos del Caudillo. Indaga discretamente en las redacciones de los periódicos y recorre el camino de El Pazo de Meirás. La escolta del Caudillo sigue ocupando los alrededores y no hay indicios de que se vaya a levantar la vigilancia en los próximos días. Más inquietos que él, los miembros del comando pasan las horas muerta entre el camping y los alrededores de Ayete. Llovizna en San Sebastián, pero el agua no altera el pavimento removido,. No hay peligro para el material explosivo. Las pilas eléctricas y el radiotransmisor están protegidos por lona militar procedente de una base norteamericana.
Tampoco este verano de 1962 hacen vacaciones los organismos internacionales que canalizan las inversiones hacia España. El nueve de agosto se hace público el informe del Banco Mundial sobre la economía española redactado por un equipo de expertos que recorrieron meses antes la Península. En el Informe, que augura importantes ayudas al Régimen del general Franco, se vierten algunas recomendaciones: aumento de la competencia bancaria, mayor liberación de las importaciones y reducción del arancel de 1960, mejorar el sistema de transportes y emprender una reforma de las carreteras. El diez de agosto Franco se reúne con sus ministros en El Pazo de Meirás. El once, el enlace tiene una buena noticia que ofrecer. El alcalde de la ciudad preside un homenaje de La Coruña al Caudillo. Todo indica que el general Franco se dispone a dar por terminada su estancia en Galicia. El día doce visita Santiago de Compostela.
Ese mismo día el D- I, cuyo objetivo más importante es el atentado de Ayete, despliega fuerzas para realizar una nueva acción espectacular. Una bomba hace explosión en la Basílica de El Valle de los Caídos, el mausoleo de los muertos de la guerra civil. El artefacto estalló detrás del altar, al terminar la misa de la mañana. El D - I reivindica el atentado y se permite redactar esta octavilla: “Franco: ni en tu tumba te dejaremos descansar”.
Pero el día 12 se pierde la pista del Caudillo. El enlace recoge informaciones y las sopesa minuciosamente. Tiene que decidir algo trascendental y lo hace. Cree que Franco ha emprendido viaje por carretera a San Sebastián. El comando en Ayete recibe la noticia y sin esperar una verificación completa desempaqueta las pilas, abre el pavimento y las conecta al mecanismo que recibirá la onda explosiva. La decisión ha sido tomada. Rápida y eficazmente es cerrado el túnel y el comando se aleja del lugar. Los miembros del comando tendrán que permanecer vivaqueando en las cercanías, ocultos en la vegetación y escudriñando con los prismáticos los movimientos de la guardia - que ya ha aparecido - y la llegada de la caravana.
Desde el día 12 desaparecen las noticias sobre el Jefe del Estado. Se sabe que su esposa, doña Carmen Polo, llega el quince a Oviedo y el dieciséis se dirigía a sus posesiones de La Llanera.
El diecisiete el comando se sobresalta. Doña Carmen llega a San Sebastián. Los jóvenes libertarios la ven llegar a Ayete, pero observan que en la comitiva no figura el coche del Jefe del Estado. Con los nervios tensos mantienen dormido el aparato transmisor. Han estado a punto de enviar la onda. En pocos segundos han tenido que decidir no hacerlo.
A las 7’45 de la tarde del veinte de agosto fondeaba en aguas de la bahía de La Concha el Azor, yate privado de Su Excelencia el Jefe del Estado, en el que viajaba el general Franco acompañado de sus ministros del Ejército y de la Marina. Contrariamente a lo que había sido habitual en años anteriores, esta vez se había preparado un aparatoso recibimiento con gran protocolo oficial. La población de la ciudad donostiarra había sido invitada a saludar al Jefe del Estado y las calles aparecieron engalanadas. En el muelle de atraque esperaban al Caudillo, con las autoridades locales y provinciales, el vicepresidente del Gobierno, Capitán General Agustín Muñoz Grandes, el ministro de Jornada Castiella y los directores generales de seguridad y de la Guardia Civil.
Para romper más la tradición, las maniobras de atraque del Azor se prolongaron más de lo habitual y Franco fue saludado largamente por sus servidores. A continuación, el Jefe del Estado subió ostensiblemente a un coche descubierto - en años anteriores, sin recibimiento oficial, había utilizado un automóvil cerrado - y la caravana recorrió despacio las calles de la ciudad para dirigirse a la residencia de Ayete.
¿Qué había ocurrido? Desde la llegada de doña Carmen, el diecisiete de agosto, la ansiedad y el desconcierto se habían apoderado del comando del D - I. Dos días después, el 19, con un incremento inquietante de las patrullas de vigilancia, el grupo se dejó ganar por la inseguridad. Habían interrumpido la conexión con el “Submarino” y el enlace se hallaba tan desconcertado como ellos. El Caudillo había dejado que su esposa siguiera sola a San Sebastián y el grupo ignoraba que se hubiera embarcado en el Azor. Y aun si lo supo, desconocía, cuando decidiría llegar a San Sebastián. La madrugada del diecinueve sorprendió al comando enzarzado en una discusión que había nacido un día antes. El grupo se había dividido en dos posturas. Una aconsejaba dejar “dormir” la mina. Las pilas eléctricas se desactivarían al caer ese día o, a lo sumo, el siguiente y puesto que no habían sido descubiertos lo prudente era mantener enterrado el explosivo a la espera de una ocasión más propicia. La otra postura insistía en la necesidad de explosionar la carga. Dejar “dormir” el proyecto durante más tiempo cuando el grupo tenía otros en cartera significaba aventurarse demasiado. No habiendo podido cumplir el objetivo era conveniente librarse de la carga que suponía, además un peligro para la población civil. La explosión, de todas formas, serviría a efectos propagandísticos y podría ser tenida como la culminación de un valioso proyecto de entrenamiento. Para resarcirse del fracaso el grupo emprendería de nuevo otro proyecto. Esta vez se trataría de matar a Franco en el centro de Madrid. Dos de los jóvenes harían un viaje sin retorno.
El veintiuno de agosto la Prensa española publicaba una noticia sepultada en un rincón de los diarios, según la cual había hecho explosión, el día 20, un artefacto en un descampado de la cuesta de Aldapeta, en la carretera de San Sebastián a Hernani, entre los caseríos de Arquiza y Borda. La explosión, minimizada por la nota y fijada con un día de retraso, “sólo había producido la rotura de cristales en un noviciado de monjas cercano al lugar”. La nota no dijo que hubo gran alarma en San Sebastián y que numerosos turistas suspendieron sus vacaciones, con gran atasco en la frontera de Hendaya. La prensa francesa dio cuenta de un “fallido atentado contra el Jefe del Estado Español”.
Ese mismo día fueron detenidos los presos que se habían fugado del penal de San Miguel de los Reyes.
CRISOL. Un periódico de la CNT

Los periódicos, revistas, boletines y publicaciones de los sindicatos de la CNT, de grupos anarquistas, de organizaciones libertarias han sido a lo largo de los años muy numerosos. En Guipúzcoa, por el contrario han sido más bien escasos. Uno de ellos fue “Crisol”. Para un mejor conocimiento os presentamos dos textos: el primero de Miguel Iñiguez, el segundo de Francisco Madrid.

Primer texto recogido de “La prensa anarquista” (3 opúsculos), de Miguel Iñiguez, publicado por Ediciones Albor de Vitoria.

“Crisol”. Portavoz de la Federación Comarcal de Sindicatos Únicos de Guipúzcoa. Subtitulado: Semanario Anarquista. San Sebastián, 1935 – 1936, 6 números, a imprenta, 4 páginas, formato 27 x 39, a 3 y 5 columnas, sin ilustraciones. El nº 1 es de 21 de diciembre de 1935, manteniendo firmemente su periodicidad semanal: el 2 es de 28 de diciembre, el 3 es de 4 de enero, del 4 no existen ejemplares pero sería del 11 de enero, el 5 es de 18 de enero, y el 6 es de 25 de enero. Dejó de publicarse por problemas técnicos antes de la salida del nº extraordinario anunciado. F. Madrid cree que no reapareció, mientras que Chiapuso asegura que cesó al comienzo de la guerra en beneficio de “Frente Popular” (17 de agosto) y volvió a salir al poco de la mano de Juan Frax y María Sanromán. Ruiz de Gauna dice que se mantuvo hasta el 13 de septiembre de 1936. F. Madrid, citando a “Campo Libre” de 28 de diciembre de 1935 asegura que su administrador era Damián Cuberos y al frente de la redacción estaba Patricio Ruiz, Chiapuso dice que fue fundado por él mismo y otros y que al reaparecer mantuvo una línea faísta definida por Frax y Sanromán contraria al politicismo y que eso redujo su audiencia.
Redacción y administración en la calle Pedro Egaña 3, 4º, cambiada al siguiente número por la sede de CNT, Larramendi 11 bajo, que mantuvo la redacción mientras la administración pasó a la calle 31 de agosto 7, 2º derecha. Modificaciones en la cabecera desde el nº 2. Incluye numerosos textos anónimos, otros firmados por JJLL o comisiones de prensa, bastantes con seudónimo (Oria, Vida, Fisgador, El de la tralla, Meter), algunos firmados que parecen haber sido tomados de otras publicaciones (Eugen Relgis, Barbedette, Lacaze) y unos cuántos firmados, se supone que escritos para “Crisol”: Melchor Rodríguez, Magino Fernández, Miguel Altuna, P. Aguado, F. Martín, L. Moncayo, V. M. Villa, Eduardo a. Puertas, José Villaverde, Isaac Puente (“Prestigiar a la CNT”, nº 6). Destacan varios de Vida sobre cultura, la religión y la anarquía, varios también de Juan Frax, el más asiduo, sobre revolución, libertad de amar, contra la necesidad del estado y en pro de la anarquía. Numerosos textos sobre el mundo sindical – laboral guipuzcoano: comarcas de Deba, Lasarte, Oria, Beasain, Eibar, San Sebastián, gremios de la madera, metal, construcción, algunas escasas referencias a la marcha orgánica de la CNT provincial, y algunas informaciones sobre Navarra y Álava; otros sobre la federación anarquista universal, la vergüenza de los desahucios, el problema sexual, el amor al dinero, los presidios de España (Alcalá, Pamplona), la ley de vagos y maleantes. Defiende la reunificación con el treintismo, y se muestra escéptico hacia la Alianza Obrera por ver un fondo electoralista en los socialistas. La línea del periódico queda nítidamente expuesta en dos artículos, firmados por la Redacción: “Al salir a la luz”, nº 1, donde tras saludar, justifica su salida porque todos han fracasado: “Sólo existe una fuerza que no ha hecho aún prueba de su potencia organizadora: la anarquista. La única experiencia que queda por implantarse es la Anarquía. Y por ella lucharemos y hacia ella nos dirigimos”. En el nº 2 bajo el título “Nuestro apoliticismo y nuestra posición frente a la unidad revolucionaria, escribe “por encima de la alianza, problema puramente circunstancial, nosotros somos esencialmente apolíticos y, ante todo, anarquistas”.
Bibliografía utilizada en este primer texto
· Un siglo de anarcosindicalismo en Euskadi. Bilbao, 1990. Diputación Foral de Vizcaya.
· Anarcosindicalismo y revolución en España (1930 – 1937). Stephen John Brademas. Barcelona, 1974, Ariel.
· Los anarquistas y la guerra en Euskadi. La Comuna de San Sebastián. Manuel Chiapuso. San Sebastián, 1977, Txertoa.
· Cuadernos para una enciclopedia histórica del anarquismo español. Miguel Iñiguez. Vitoria 1983 – 1991. 50 números.
· La prensa anarquista y anarcosindicalista en España desde la I Internacional hasta el fin de la guerra civil. Tesis doctoral de Francisco Madrid.
· Catalogo de publicaciones periódicas vascas de los siglos XIX y XX. Tesis doctoral de Adolfo Ruiz de Gauna. Universidad Leioa.

Segundo texto recogido de “La prensa anarquista y anarcosindicalista en España desde la I Internacional hasta el final de la Guerra Civil” de Francisco Madrid. Tesis recogida de Cedall

CRISOL
Sub.: Portavoz de la Federación Comarcal de Sindicatos Únicos de Guipúzcoa.
Semanario anarquista.
Loc. San Sebastián (Guipúzcoa)
Dur.: A. I, n.1 (21 dic. 1935)/ A. II, n.6 (25 ene.1936)
Tuvieron que suspender para el montaje de la máquina de imp. Y aunque la
suspensión debía ser de 15 a 20 días, parece que ya no volvió a salir, vid..”La Protesta” (M), 7 (7 feb. 1936), 3. El n. 7 debía ser extraor. para dar a conocer las gestiones llevadas a cabo para la consecución de la Alianza Obrera, vid., “R. B.” (b), 367 (31 ene. 1936), 1305.
Fre.: Semanal
Adm.: Pedro Egaña, 3, 4º. A partir del n.2 (28 dic. 1935): Red.: Larramendi, 11, bajo (local CNT). Adm.: 31 de agosto, 7, 2º, dcha.
Imp.: Navarro y del Toro, S.S. A partir del n.2 (28 dic. 1935): Ed. Guipuzcoana, S. S.
Ten.: Anarquista
Pre.: Nº suelto, 15 cts. Suscrip., trimestre, 1,95.; semestre, 3, 90; año, 7,80
Pag.: 4
For.:
Col.: 5

Hem.: IISG, Nº: 1 – 3, 5 – 6
Obs.: A partir del n. 2 (28 dic. 1935), cambia el diseño de la cabecera

C.R.: En “¡Campo Libre!”, 21 (28 dic. 1935), 2, se da como responsable de adm. a Damián Cuberos y de red. a Patricio Ruiz.
Art.: “Al salir a la luz”, por la Redacción, n. 1 (21 dic. 1935), 1; “De Bilbao. Vigoricemos y actualicemos nuestra prensa”, por el servicio de prensa de las JJLL de Bilbao, n.1 (21 dic. 1935), 2

Ref.: “T. L.” (B), 2 (14 ene. 1936), 3

Notas nuestras

“T. L”: Tierra y Libertad
“R. B”: La Revista Blanca
“IISG”: Instituto de Investigación Social de Ámsterdam

domingo, 8 de marzo de 2009

PERIODICO CNT DEL NORTE

“CNT DEL NORTE”: DIARIO ANARQUISTA VASCO DURANTE LA GUERRA CIVIL.
Trabajo de Carmelo Garitaonaindia, publicado en la revista “MUGA”, Nº 24, hacia 1982
El 21 de noviembre de 1936 salía a la calle el primer número de “CNT del Norte”. En sus comienzos fue un periódico trisemanal, que se publicaba los martes, jueves y sábados. Sus seis primeros números, de escasa calidad, se tiraron en la imprenta de la Confederación. La redacción y la administración estaban en la calle Hurtado de Amezaga nº 6. Solicitaron una imprenta al Gobierno Provisional de Euskadi para la edición de “CNT del Norte”, pero no se la concedieron porque “no había ninguna disponible”, ya que todas las estaban utilizando los demás periódicos de reciente aparición. Se les dejó sin el menor amparo oficial “que quizás para otro hubiera sido prodigo” (1). Aprovechando la escasa tirada de “El Noticiero Bilbaíno”, unos quinientos ejemplares (2), contrataron la tirada de su periódico con los talleres de esta empresa que dirigía Alejandro Echevarría.
Informados los anarquistas vascos por el PSOE de la inmediata incautación de “El Noticiero Bilbaíno” prevista por el Gobierno Vasco, y su futura cesión al Partido Comunista de Euskadi, propusieron al señor Echevarría la compra de los talleres por el precio de un millón de pesetas. Dicha compra se formalizaba el 23 de febrero de 1937, si bien se incluyó una cláusula de nulidad en previsión de que la Delegación de hacienda dispusiera otra cosa. Esta cláusula de nulidad fue impuesta por la empresa de “El Noticiero Bilbaíno” que no quería un enfrentamiento directo con el Gobierno Vasco.
“CNT del Norte”, que se presentaba como el órgano de la Confederación Regional del Trabajo - AIT, se convirtió en diario a partir del nº 37 correspondiente al 16 de febrero de 1937, habiendo mejorado sensiblemente la calidad desde fechas anteriores. Mantuvo una línea crítica respecto al Gobierno Vasco; aunque sus criticas se mantuvieron en un tono moderado y correcto la mayoría de las veces. El diario anarquista censuró en primer lugar al Gobierno Vasco por la exclusión de la CNT del Ejecutivo Vasco. “¿Por qué en Euskadi no se admite, como en otras provincias y como en el Gobierno Central de Valencia, a la CNT?” se preguntaban los anarquistas vascos en un editorial del nº 25, correspondiente al 16 de enero de 1937. El día anterior habían escrito: “La Confederación Regional del Trabajo del Norte vuelve a exigir una intervención tan amplia como su potencialidad numérica y eficiente necesita”.
Otro tema de crítica fue la falta de ligazón de la lucha antifascista dirigida por el Gobierno Vasco con los objetivos de revolución social que ellos predicaban. Si bien este aspecto se trata en editoriales y artículos específicos, se recoge en otros muchos dedicados a la unidad sindical, a la política de unidad de mando, etc. (3). “El aplastamiento del fascismo lleva inherente la transformación total y absoluta del régimen de oprobio y estigma que hemos padecido y posibilita la instauración de uno más humano” (Editorial del nº 35).
La política de incautación del Gobierno Vasco - decían - ha sido “parcial y limitadísima, con lo que se ha pretendido dar la sensación de que las aspiraciones simuladas en el movimiento manumisor van haciéndose realidad, pero esto no basta” (Ed. nº 30). Compara esta política con la de colectivizaciones llevada a cabo en las regiones catalana, levantina y asturiana, para concluir que en Euskadi la lucha antifascista beneficia únicamente a “las grandes industrias, los comercios, el moloch del régimen capitalista, sigue con sus fauces abiertas, tragándose las energías del productor de retaguardia, que gime y protesta sordamente al comprobar que sus esfuerzos no benefician todavía al pueblo por quien nuestros hermanos luchan en el frente” (“Quienes se benefician con la lucha antifascista”, 28 - 1- 1937).
De trisemanario a diario
El periódico “CNT del Norte”, en su corta vida, del 21 de noviembre de 1936 al 16 de junio de 1937, tiró un total de ciento once números (4). Fue trisemanario hasta el 16 de febrero de 1937, fecha a partir de la cual se convierte en diario. En su primera época “CNT del Norte” constaba de seis páginas, pero a raíz de una orden del Consejero de Industria (18 - 12 - 1936) que obligaba a los periódicos que pasaban de seis hojas a que se realizasen con un máximo de cuatro, sin aumentar el formato, en función de la escasez de papel, se tiró con cuatro. Desde que se convierte en diario pasa a tirarse con seis hojas, con salvo dos números sueltos que se editaron en su paréntesis santanderino, que lo hará con cuatro, y tres números de su etapa posterior que lo hará con ocho. El precio, aumentara o disminuyera el número de páginas, se mantuvo en 15 céntimos. La suscripción anual para Bilbao costaba 36 pesetas, y 42 para otras poblaciones.
En su etapa de trisemanario la cabecera tenía los caracteres en cursiva en muchos adornos. Decía “CNT del Norte”, órgano de la Confederación Regional del Trabajo - AIT. En un recuadro de la izquierda se recogía la dirección de la Redacción y de la Administración, y el recuadro del lado derecho lo reservaba para consignas y propaganda anarquista, que variaba aproximadamente cada dos números. La cabecera se reproduce con un tipo de letra más pequeño en la última página, reservando los dos recuadros para eslóganes anarquistas: “Si hay amos, habrá esclavos; si hay propietarios, habrá miserables, y si hay ricos, habrá pobres. La revolución abolirá los amos, los ricos y los propietarios”. (12 y 13 enero de 1937). Cuando se hace diario cambia el tipo de letra de la cabecera; ahora es redondilla y sin adornos, aunque conserva el mismo texto. A partir de la última quincena de febrero se suprimen los recuadros de la primera y de la última página. El 23 de mayo de 1937, “CNT del Norte” aparece con otra cabecera, un modelo más pequeño y en cursiva, que se reproduce también en la última página.
La primera página del periódico anarquista estaba dedicada a la información de actualidad e incluía un editorial, que fue realizado siempre por Valle, según las orientaciones del Consejo Regional de la CNT, salvo en una ocasión que lo realizó Fuello. La segunda página se dedicaba a información nacional y la última a noticias internacionales. El resto de las páginas se dedicaba a información nacional y la última a noticias internacionales. El resto de las páginas se cubrían con información local, avisos, comunicados y partes de guerra. Una sección casi diaria fue “Latigazos”, firmada por “Tiberio Graco”. Entre las firmas más habituales estaban Ramón Aceba, Solano Palacios, Juan Expósito, Lukazaga (seudónimo de uno de los hermanos Lucarini), Castellanos, etc. Su director fue Manuel Chiapuso.
“CNT del Norte” y la censura
El Gabinete de Prensa del Gobierno Provisional Vasco, encargado de las labores de censura en Euskadi, otorgaba especial “preferencia” al periódico anarquista “CNT del Norte”, que se autoproclamaba como el “vocero genuino del proletariado vasco”. En un editorial que llevaba por título “Periódicos de empresa y periódicos de clase” (nº 46) se quejaban de que los censores mutilasen sus artículos, “que las más de las veces han tratado de orden doctrinario y cuando más, de orientación y prevención de la retaguardia”. Ciertamente, la censura gubernamental fue pertinaz con este periódico. Fueron mutilados total o parcialmente los editoriales de los números 17, 20, 22, 23, 31, 63, 65, 73, 81 e infinidad de artículos en todos ellos. Los veinte números comprendidos entre el nº 17 y el nº 36 sufrieron la censura de al menos un artículo, llegándose al extremo con el nº 25 que fue censurado en seis artículos.
Los denuestos del diario anarquista contra la censura del Gobierno Vasco fueron constantes. “Hay en esta nave - escribían - quienes llevan el timón y la manejan imponiendo sus decisiones y sin admitir injerencias de quien tiene perfectísimo derecho a hacer oír su voz y manifestar su criterio, hoy en abierta pugna con los que han trazado la “carta de derrota del viaje emprendido”. Reclaman su derecho a expresarse como una parte de la opinión pública, “como parte integrante de la población civil y en armas”, y su derecho a criticar, incluso la labor legislativa, en la cual han visto “muy poco de avance social y mucho de consagración de lo que hay que extirpar”. Aunque dicen realizar una crítica “benevolente”, que ha llegado “al máximum de tibieza por imperativos de la guerra”, la censura cae una y otra vez sobre ellos. Sus dificultades con la censura son tales que incluso apuntan la posibilidad de pasar a la clandestinidad como épocas anteriores: “Lamentaríamos, aunque no nos asusta por estar ya familiarizados, recurrir a la clandestinidad, pero sépanlo: de nuestras normas, no habrá quien nos separe ni un ápice” (“En la brecha”, 7 - 1- 1937).
Los editoriales de “CNT del Norte” en los que se arremete contra la censura son bastantes frecuentes. Citaremos algunos párrafos entresacados a título de ejemplo. “Nuevamente y con despiadada saña fue mutilado nuestro editorial del pasado número; las huellas indelebles del fementido lápiz rojo quedaron grabadas en los surcos de nuestra prosa henchida de honradez y sinceridad” (“Coces contra el aguijón”, 2 - 2 - 1937). “Hemos visto con dolor cómo nuestros artículos, escritos con la única intención de exponer nuestra opinión con relación a los problemas planteados, sugiriendo soluciones, que podrán ser o no acertadas, mordidas por el lápiz rojo” (“Por los fueros de la verdad y la justicia”, 26 - 2 - 1937).
La incautación de los talleres de “CNT del Norte” por el Gobierno Vasco
En marzo de 1937, el Departamento de Hacienda del Gobierno Vasco comunicaba a la CNT que los periódicos “La Gaceta del Norte”, “El Nervión” y “El Noticiero Bilbaíno” iban a ser suspendidos y en sus imprentas se editarían los periódicos que no tenían. En concreto, los talleres de “El Noticiero Bilbaíno”, donde se tiraba “CNT del Norte”, eran cedidos al Partido Comunista para la edición de “Euskadi Roja”. A “CNT del Norte” se le adjudicaban los talleres de “El Nervión”, anulando así la compra que habían hecho los anarquistas a Alejandro Echevarría. Esta incautación es la causa de que “CNT del Norte” dejara de editarse desde el 23 de marzo al 29 de abril de 1937, fecha en la que reanuda su edición tirándose en los talleres de “El Nervión”. La CNT interpretó este hecho como un intento del Gobierno Vasco de mejorar la posición de “un sector determinado (se refiere al PC de Euskadi) en detrimento y con notable perjuicio de otro”, caracterizado por su “antifascismo y desprecio absoluto a todas las situaciones de privilegio” (“Contra toda ley”, 8 - 4 - 1937).
En este intervalo, el periódico “CNT del Norte” se traslada a Santander. La redacción provisional se instala en la Calle Concordia nº 15 de aquella capital hasta finales de abril, que vuelve a Bilbao a la calle Ronda nº 32. En su periplo santanderino el periódico anarquista sólo se editó en dos ocasiones: el 8 y el 14 de Abril de 1937, fechas correspondientes a los números 69 y 70, si bien por error tipográfico el nº 69 aparece con el nº 60.
Línea del periódico
“CNT del Norte” tuvo dos etapas bastante diferenciadas. Por una parte, un periódico ideológico que abarcó desde la fecha de su aparición hasta la primera semana de mayo de 1937, en el que el diario anarquista se dedicó fundamentalmente a una exposición de su política. Por otra, un período de agitación propagandística, en el que trató de movilizar a los ciudadanos vizcaínos contra el Ejército rebelde que se encontraba a las puertas de Bilbao.
Durante el período ideológico, la línea editorial se centró casi exclusivamente en seis temas: la exclusión de la CNT del Gobierno Vasco, siendo una fuerza social, sindical y militar importante; la necesidad de unión de todas las fuerzas sindicales, Solidaridad de Trabajadores Vascos, Unión General de Trabajadores y la Confederación, si bien tras el acuerdo de unidad, a nivel nacional, entre el sindicato socialista y anarquista, el 1 de mayo de 1937, se centrará más en la unión con UGT, aunque no olvide la tercera fuerza sindical; la indisolubilidad de la lucha antifascista con las transformaciones sociales económicas; la comparación entre la colectivización de los medios de producción en otras regiones y la supervivencia en Euskadi del modelo económico anterior a la guerra civil; la lucha contra la burocracia, la corrupción y toda forma de amoralidad; la necesidad de mando único para ganar la guerra; y por último, la desconfianza y crítica a la Sociedad de Naciones y al Comité de No Intervención sobre las medidas que tomaban respecto a la guerra civil española, haciendo una llamada en contrapartida al verdadero internacionalismo proletario.
El período propagandístico se abre aproximadamente en mayo de 1937 y durará hasta que se sobrepase la crisis del Gobierno Central. En este período se editorializa poco o nada, y aparecen, por el contrario, los grandes titulares de primera plana que tratan de convertir a “CNT del Norte” en un agitador colectivo. He aquí algunos de ellos: “Bilbao como Madrid. Inexpugnable” (nº 73), “Para vencer esta consigna. Ni un paso atrás” (nº 75), “Acabará la guerra en cuanto hagamos fracasar del todo la ofensiva facciosa contra el pueblo vasco” (nº 76), “Euzkadi es invencible” (nº 77), “Todo para ganar la guerra y ser libres” (nº 78), “Bilbao entero en pie de guerra” (nº 80), “Si sabemos defender Euzkadi... no pasarán” (nº 80), “En pie hasta el fin” (nº84). A partir del nº 89, correspondiente al 21 de mayo de 1937, desaparecen los grandes titulares de agitación, aunque vuelven en algún número suelto (nº 89, 91 y 102). Los dos últimos números de “CNT del Norte” , anteriores a la caída de Bilbao, recogen nuevamente dos titulares: “¡ Bilbao no debe ser del fascismo! ¡ En nosotros está el evitarlo! Evitémoslo, si no queremos sucumbir” (nº 110) y “Así se defiende Bilbao. ¡ Viva Bilbao antifascista y liberal” (nº 111).
La crisis del Gobierno Central, y la formación de uno nuevo presidido por Negrín, en el que no van a participar los largocaballeristas y cenestistas, modificará los aires propagandísticos del diario “CNT del Norte”. A partir de ese momento se priorizará por un tiempo la llamada a la unidad obrera, fundamentada sobre todo en la declaración suscrita, el 1 de mayo de 1937, por el Comité Nacional de la CNT y la Comisión Ejecutiva de la UGT en la que se incitaba a “estrechar relaciones de cordialidad hasta conseguir la unidad sindical del proletariado”. Esta política de unidad obrera se hace especialmente insistente. “No cejaremos en nuestra campaña; no cejaremos, no, hasta que la veamos convertida en realidad. Puede tachársenos de machacones, pero nosotros seguiremos la recta emprendida de unificación proletaria” (“Unión, Unión”, nº 88). Esta unidad significaría también la dirección de la guerra bajo unos interés acordes con los de las clases trabajadoras. “ La UGT, SOV y CNT, son los puntales que consolidarán el triunfo. ¡CNT, UGT, SOV, a unirse, a cumplir con el deber que la hora impone! ¡ Unión, Unión, Unión, que equivale a Victoria, Victoria y Victoria! (nº 82, 13 - 5 - 1937).
En este periodo de efervescencia propagandística sobreviven algunos temas de la etapa anterior y se tocan otros nuevos, pero su peso específico es escaso. Quizás habría que destacar de entre ellos el relativo a la defensa del sindicato anarquista y a la contestación de las críticas que se le hacían tras la formación del Gobierno Negrín. Es posible que la necesidad de marcar sus diferencias ideológicas con los demás partidos políticos y sindicatos, así como sus orientaciones políticas, sea la causa de que nuevamente, a partir del nº 91, reanuden los recuadros propagandísticos con un acusado carácter colectivista y anticapitalista. El 16 de junio de 1937, poco antes de que entrarán las tropas franquistas en Bilbao, salía el último número de “CNT del Norte”.
(1) Editorial del nº 48, correspondiente al 27 de febrero de 1937.
(2) El Gobierno Vasco obligaba a la empresa editora de “El Noticiero Bilbaíno” a que sacará el periódico para dar una imagen de liberalismo y pluralidad informativa en el País Vasco. De hecho, se tiraban unos quinientos ejemplares, se vendían muchos menos y su balance era altamente deficitario.
(3) “Horizontes claros”, nº 33: “Los sindicatos, base de la futura sociedad”, nº 34: “Vivamos de realidades”, nº 35, etc.
(4) Aunque aparecieron ciento once números de “CNT del Norte”, la numeración tiene saltos y repeticiones. El nº 26 no salió, apareciendo dos nº 28 para corregir la numeración. La repetición del nº 36 hace que se salte el nº 39. Igual sucede con el nº 40, que salió dos veces, suprimiéndose el nº 51. Los números 69 y 104 tampoco existen, ya que salieron con números anteriores, y el último, además, con fecha equivocada.

JACINTO PEREZ MERINO

JACINTO PEREZ MERINO
La lectura de un artículo sobre Jacinto Pérez Merino, en el nº323 de nuestro periódico “CNT”, nos ha animado a conocer más datos sobre este compañero. Os presentamos el texto publicado por el periódico “CNT” y un extracto de un texto escrito por él en la revista local de Renteria “Oarso”.
Su padre, Roque, fue despedido en una huelga. Nombrado a la fuerza concejal, durante la dictadura de Primo de Rivera, fue destituido al declararse “anarquista”. Su hermano mayor, Tomás, fue uno de los fundadores del SU de CNT de Rentería en 1931. Eduardo, otro hermano mayor, fue un activo propagandista y hombre de acción. Eduardo, combatió en el batallón Bakunin y murió en mayo de 1937 en el frente alavés, siendo ascendido póstumamente a teniente. Otra hermana, Teofila, fue una de las compañeras que confeccionó la bandera confederal que presidía el local incautado al Círculo Carlista. Jacinto nació en Rentería el 21-IX-1916. Comenzó a trabajar a los 13 años en un taller mecánico. Ingresó en la CNT. Estando ésta en la clandestinidad, hacia 1933-1934, cobraba las cuotas. Fue el primer secretario general de las recién creadas JJ.LL. renterianas. Su casa era lugar de refugio y paso de compañeros huidos. Acudió como observador al Congreso de Zaragoza de 1936.
En julio de 1936, Jacinto acudió presto, como sus hermanos, a hacer frente a la rebelión militar, a San Sebastián: frente al Casino, en Gros, Larramendi, y en Trincherpe. Cayó herido el 27-VII- 36 en el campanario de la iglesia de Rentería, quedando inútil de un brazo. Siguió bregando en la retaguardia aunque figuraba en las nóminas del batallón Sacco y Vanzetti. Fue secretario del SU de Rentería en Vizcaya. Antes de caer Bilbao, participó, por las JJ,LL., en una reunión del FP donde CNT rechazó el tardío ofrecimiento de incorporarse al Gobierno Vasco.
Evacuado del Norte, trabajó en Servicios Auxiliares. En el exilio sufrió las penalidades de Argelés sur Mer y Gurs. Jacinto y Tomás colaboraron con la Cruz Roja Internacional y con la Resistencia. Ayudaban a quienes huían del franquismo. Jacinto se libró por poco de ser deportado a Mauthausen. Tras la liberación de Francia, representó a las JJ.LL. en el seno de la Junta Española de Liberación de Bayona.
En 1948 emigró a Caracas. Fue vocal en la Casa de España (republicana) desde 1951. el 14 de abril de 1961 fue condecorado con la “Orden de la Lealtad de la República Española”, junto a sus hermanos Jesús y Valeriano, entre otros. Formó parte del Gobierno Vasco Confederal, activo en la recaudación de fondos a favor del ML, intensificada en los años 70. los desgarros que aquejaron en los 80 y 90 al ML afectaron al quehacer orgánico de Jacinto. No obstante, ha contribuido con sus escritos en la revista local Oarso a que se conozca la presencia libertaria en la historia de Rentería.
(Extraído del periódico CNT, nº323, mayo 2006)
Jacinto Pérez Merino. Trabajé como aprendiz en el taller de José León Olascoaga. Destaqué pronto en el manejo de las herramientas, trabajando como tornero-ajustador, siendo considerado como un excelente profesional por las empresas que me contrataron. A los 16 años, mi sindicato me nombró delegado laboral, ya que había seguido los pasos de mis hermanos mayores sindicándome en la CNT. En las primeras horas del 18 de julio salí a la calle encontrándome con un compañero con quien comenté las noticias que la radio estaba trasmitiendo. Era el secretario del sindicato y me dijo que había que actuar rápidamente. Nos fuimos a la Alameda, donde ya se estaban concentrando en grupos los obreros de las distintas organizaciones políticas y sindicales. Ese mismo día voceé en la Alameda el semanario “Juventud Libre” que acababa de aparecer como portavoz de las Juventudes Libertarias. Desde hacía unos meses yo era secretario del grupo local. Actué con otros compañeros, nada más hacerse la noche, en puntos de vigilancia de los accesos a la Villa. Los primeros disparos de fusil que se hicieron en Rentería fueron en la Alameda, debían ser las 12 de la noche. Yo estaba reposando y soñoliento en un banco del Sindicato, situado en la calle Capitán-enea. Sobresaltado salí rápido del local mientras se extendía el olor a pólvora. Me situé junto al kiosco de la música donde la guardia civil local al mando de su sargento, llamado Benito, era el que disparaba contra un coche que pasó rápido delante de ellos en dirección a San Sebastián, no obedeciendo las señales que se hicieron a los ocupantes. Debieron acertar ya que el vehículo fue abandonando en la subida de los Capuchinos. De los ocupantes ni rastro.
Otra noche, creo que el día 22, estaba de guardia con otros compañeros en la Avenida de Navarra con una simple escopeta. Estábamos encaramados sobre el muro de la Papelera, junto a los montones de troncos para hacer pulpa de papel. En eso, vimos llegar un coche que cruzó el puente de Santa Clara, al que hicimos la señal de parar. Eran renterianos y según me dijeron iban a ver cómo estaban las cosas por los aledaños de Oyarzun. Era noche cerrada y me dijeron que les acompañase. Me resistí en un primer momento ya que pensaba que era correr riesgos innecesarios. No obstante, les acompañé. El coche se puso en marcha con las luces apagadas y tomamos la carretera hacia Alcibar. A los pocos segundos, después de pasar la bifurcación que lleva hacia Oyarzun, pasó un coche a toda la velocidad con los focos encendidos en dirección a este pueblo de arraigo carlista. Hablé con mis acompañantes y les sugerí dar la vuelta para impedir que nos tendiesen una emboscada. Así había caído Samperio y otro que le acompañaba en una temeraria incursión.
No sigo, ya que es sabido que caí herido al día siguiente de doblegar la resistencia de los militares alzados en San Sebastián, según conté en Oarso de 1988, donde escribí el artículo titulado “Crónicas de un exilio”.
(Extraído de la página Web errenteria.net. Revista Oarso. Una gran familia de izquierdas en Rentería. Páginas 70 y posteriores. Año 2005.)

domingo, 21 de septiembre de 2008

Extraído del libro “Navarra 1936. De la Esperanza al terror”, publicado por Altaffaylla. Sexta Edición. 2003.

ALLO

Allo era por los años 30 el enclave anarquista más importante de Navarra y con una trayectoria más consolidada. La sañuda persecución que sufrieron los libertarios, sus organizaciones, prensa, etc., unido al desapego de los mismos a las instituciones y fórmulas del Estado (elecciones, Ayuntamientos, inscripciones oficiales, etc.) contribuyó a que hoy día resulte muy difícil recomponer la historia del anarquismo navarro. En Allo sin embargo dejaron una clara huella en la memoria popular.

Durante la Dictadura de Primo de Rivera, los anarquistas influyeron notablemente en el Centro Católico de Obreros de Allo, hasta el extremo que el 25 de noviembre de 1927 fue suspendido por el Gobierno Civil “por estar en él peligrosos sindicalistas de corte anarquista”, prohibiendo la participación de estos socios tras la reapertura de 1928. Las notas policiales, en las relaciones de socios existentes en el Gobierno Civil, apostillan por ejemplo “los diez más peligrosos”, o, en el caso del presidente José

Garnica Echeverría, “el más exaltado” que, además, “recibe correspondencia del extranjero” acusación, al parecer grave, repetida para los dirigentes del Centro, Vicente y Francisco Roncal; Pascual Alonso “que se halla detenido”, etc.

Al frente de la CNT, Aurelio Iñigo fue la persona más significada y representativa.

En abril de 1931 la derecha se presenta sola a las elecciones y Segundo Gárnica es elegido alcalde por el artículo 29. Pocos asuntos interesantes en la gestión municipal de esa corporación salvo los altibajos en la cuestión del Estatuto Vasco, que se votó a favor en las primeras asambleas y en contra en la última.

En enero de 1933, a instancias del Gobernador es nombrada una gestora presidida por Jesús Arrieta. Tras nuevas elecciones, el mismo año las izquierdas acceden a la alcaldía con Eusebio Gainza, persona dotada de una gran humanidad, miembro del Círculo Republicano Federal, constituido en mayo de 1931 en el nº 10 de la calle Mayor. El Círculo estaba dirigido por Nicandro Hermoso de Mendoza, Liborio Lascante, Esteban López, Ángel Zabalza, etc., prácticamente la misma directiva que formará en agosto de 1933, Acción Republicana, partido al que también pertenecerá el alcalde.

Una UGT minoritaria representada por Jesús Arrieta se preocupó fundamentalmente del problema del paro, con protestas por el retraso en la formación de la Bolsa de Trabajo e instancias al Ayuntamiento proponiendo soluciones. Pero el sector local de la izquierda continuó siendo anarquista.

Muy preocupados por la cultura, en mayo de 1932, crearon un importante “Ateneo” denominado “Libre Acuerdo” en el número 22 de la calle Mayor. Los numerosos socios frecuentaban asiduamente su biblioteca, vigilada, también asiduamente, por la Guardia Civil, cada vez que los anarquistas sacudían con sus potentes organizaciones a nivel del estado, las contradicciones de la República.

El 29 de julio de 1933 el comandante de puesto notificó al Gobernador Civil que había requisado una serie de libros del ateneo de los que facilita algunos títulos: Embriología, Medios para evitar el embarazo, Jesucristo nunca ha existido, Tierra y Libertad, En régimen demócrata, Cómo haremos la revolución, etc.

Volviendo al Ayuntamiento, el paro era el mayor problema con que se enfrentaba el pueblo. A fin de paliarlo se acordó abrir un tajo en las cascajeras de Miravete, pedir créditos, etc. En otro orden de cosas, la corporación organizó y sostuvo una biblioteca; revisó propiedades y contribuciones; construyó un refugio para hospedaje de mendigos y realizó alguna campaña de pesaje para evitar el fraude en el ramo de la alimentación.

Coincidiendo con el movimiento revolucionario, en octubre de 1934, se quemaron las pajeras de Julio Echeverría y de Miguel de Ulibarri. A los pocos días del suceso y por orden gubernativa, la corporación municipal fue destituida, constituyéndose en su lugar otra con Manuel Zala como alcalde. Uno de los primeros acuerdos de este Ayuntamiento derechista fue indemnizar a los dueños de las pajeras incendiadas.

En 1936 es repuesta la corporación anterior. Las elecciones de febrero tuvieron en Allo un desarrollo peculiar. A pesar de la actitud participacionista de gran parte del anarquismo estatal (consciente de que el triunfo del frente Popular suponía la amnistía para miles de anarcosindicalistas) en Allo la postura fue de no votar, actitud que hasta principios de 1986 se veía reflejada en alguna pintada de la villa, conservada a través de medio siglo. Celebradas las elecciones, las derechas consiguieron 527 votos, el Frente Popular 83 y 31 los nacionalistas. Sin embargo la abstención alcanzó el 43, 7 %, algo excepcional en Navarra y altamente significativo de la influencia del anarquismo local.

Contra este sector de la población se desencadeno principalmente la represión posterior al 19 de julio de 1936; empezando por el desmantelamiento del Ateneo y de la biblioteca que funcionaba en sus locales. Asaltaron el edificio y sacaron a la calle los libros, muebles y cuadros con imágenes de la Libertad y les prendieron fuego en frente de la Guardia Civil. Los ricos, comandados por Miguel Ulibarri, Francisco Abete, Luis Osaba, el cura José Larraza, Fermín Arza, Nicasio Iragui, y otros, ayudados por el cabo de la Guardia Civil, Ginés Sánchez, impusieron el terror. El carlismo tenía escasa incidencia en Allo y ni siquiera disponía de Centro, por lo que para las tareas represivas se contó a menudo con la ayuda de los requetes y matones de Dicastillo y Arellano.

Los sublevados recorrieron las casas de los socios del Ateneo instándoles a que se presentasen en el cuartel. Algunos optaron por no ir y esconderse. Otros fueron puestos en libertad, pero varios ya no salieron. Organizados en partidas, comenzó la persecución de los escapados.

Blasa Roncal fue una de las primeras personas capturadas; era anarquista y se enfrentó valientemente a sus asesinos. Una partida formada por dos guardias civiles y dos requetés la mató cerca de Lerín, intentando antes abusar de ella.

Pronto quedó constituido el nuevo Ayuntamiento con el carlista Félix de Ulibarri como alcalde, puesto que ya había ocupado durante la dictadura. Asimismo se formó la junta de socorro para las familias de los voluntarios, integrada por representantes del clero, Guardia Civil, Ayuntamiento, Bodega – Cooperativa, Electra, Harinera, Caja Rural y Sindicato.

Este mismo mes de julio capturaron a Manuel Garamendi “el Gafas”, a Braulio Aedo y a Benigno Alonso mientras se encontraban segando. Sus cadáveres aparecieron en el término de “las Caballerizas”, en Mendavia. La búsqueda también se realizó por los domicilios particulares. Tal es el caso de José Garnica “Patica”, asesinado después en término de Murillo de Arandigoyen. Su hermano Tomás pudo escapar a Francia en el taxi de un pariente.

Las detenciones fueron numerosas e intempestivas, en medio de un clima de terror exacerbado por personas concretas. Uno de los nombres más temidos fue el del citado cabo Ginés Sánchez Egea, a quien los testimonios califican de “socialista de Largo Caballero” durante la República y significado represor después.

En la cárcel pronto empezaron las “sacas”; las primeras fueron las de los hermanos “Monda”, José y Fermín Garnica, con Jesús Armendariz y Juanito Ochoa “Charramanga”. Los mataron cerca de Murillo de Arandigoyen. Vicente Roncal “el Perdiz” se salvó al recibir un culatazo en la cabeza durante el trayecto y ser dado por muerto. Un ganadero de Villatuerta, “el Roncalés”, lo encontró malherido, le curó sus heridas y le dio ropas de requeté con las que pudo pasar la muga.

Contra Felix Ochoa, hermano de Juanito, escapado a principios del año siguiente, dio el Gobernador orden de búsqueda y captura.

En la Cuesta de Bearin (Yerri), en una casa abandonada, mataron a Anastasio Portillo “el Ciego”, y en Villatuerta a Benito Roncal, hermano de Blasa, y a Jesús Inés “el Gitano”.

Otros fueron trasladados a la cárcel de Estella. A partir del 5 de septiembre fueron sacando a todos los presos, a excepción de un mendigo, por estar en condición de preso común, y del veterinario de Arroniz que pudo salvarse gracias a la intervención del alcalde de su pueblo. Los de Allo muertos en Oteiza, eran Crescendo Arana, Teófilo Erce, Gonzalo Garayoa, y Norberto Goicoechea, éste último propietario de un taxi que, después de confiscado, fue tristemente famoso con el sobrenombre de “el coche de la muerte”. Un hermano de Crescendo, Ángel, apareció ahorcado de una viga días más tarde. El día 17 la prensa provincial dio la noticia manifestando que “por el momento se ignoran las causas que hayan podido inducir al suicida a tomar tal determinación”.

Valerio Goicoechea, hermano de Norberto, consiguió escapara; desapareció en el frente y reapareció mucho más tarde en tierras de América, tras pasar por Francia.

En el Perdón mataron a Rufina Chocarro, de 45 años, madre de cinco hijos. Poco antes de ser detenida había tenido una discusión con la mujer de “Chuscarrina”, que fue jefe de Falange. Su marido, Porfirio Garraza, tuvo que marchar “voluntario” al frente y al volver estuvo encarcelado.

Con Rufina asesinaron a Ubaldo López, a Dionisio Rebolé y dos o tres más de otros pueblos. Un taxista de Allo vio los cadáveres al volver de Pamplona.

Ángel Lainez, detenido a las nueve de la mañana, cuando estaba trabajando en una obra, mientras almorzaba y en presencia de su mujer, fue muerto al día siguiente en Villatuerta.

Eusebio Gainza, el alcalde, muerto a primeros de septiembre, tenía 38 años y desde la alcaldía había acreditado su fama de buena persona. Las monjas de Santa Ana bajaron al cuartel para interceder por él sin resultado. Al parecer, los guardias civiles no le perdonaron que el Ayuntamiento no les pagara, además del sueldo, los medicamentos.

El significado cenetista Aurelio Iñigo fue asesinado en Arquijas. Consecuente con su pensamiento, vivía con su compañera María Lainez, al margen de toda legalidad civil o religiosa.

A Basilio Aedo y Jesús Alonso Chocarro los mataron juntos en Andosilla.

Caso extraordinario fue el de Vidal Montoya; permaneció durante mes y medio “emparedado” en una falsa pared de su casa, consiguiendo burlar a sus perseguidores. Martín Montoya se negó a declara el paradero de su hermano por lo que fue asesinado en Lerín. Al final, posiblemente por una delación, fue descubierto y muerto en Muniain, en el mismo lugar donde un mes antes lo fuera su amigo Félix Ochoa, de quien se afirma unánimemente que fue enterrado vivo al quedar malherido en el fusilamiento.

La represión sobre la mujer no conoció en Allo cortes de pelo. En cambio, dos mujeres, que se sepa, fueron obligadas por Miguel de Ulibarri a acostarse con él a cambio de no matar a sus hermanos. A otro grupo les hicieron cantar algunas veces el “Cara al sol” en la plaza. A Anacleta la Mondale hicieron beber durante bastantes días aceite de ricino. En algunas ocasiones trajeron mujeres de otras localidades con la cabeza rapada para pasearlas por el pueblo. Las de Allo lejos de reírse, se compadecían de ellas y les daban agua fresca.

Algunos vecinos de izquierda encontraron la muerte en las vicisitudes de los frentes, ya que cerca de 50 jóvenes de izquierda fueron obligados a luchar en el bando nacional. José Macua en el Tercio de Sanjurjo; Ricardo Alonso Larraona, hermano de Benigno, y Ángel Garnica entre otros.

Las muertes de Felipe Arrieta, Martín Goñi y Florencio Zozaya en Gazolaz el mes de marzo de 1937, y la de Casiano Gambra en el penal de Burgos, cierran esta larga lista.

Allo pagó muy caro su sueño libertario.

TESTIMONIOS

“Ya vienen por mi...”

“Arza era el que implantaba el terror aquí. Ese tenía tan mala uva que cuando pasaba por casa de algún izquierda tocaba la bocina del coche, que hacía ¡rooooo!. En cuanto oías aquella bocina, todo el mundo ya estaba en pie; porque el 80 por ciento de Allo era de izquierda. Tenía la manía de tocar el tío ese. Iba a la plaza y solamente por amedrentar a los pobres que estaban en la cárcel, ¡roooo! Tocaba la bocina, daba la vuelta y se iba. ¡ A ése si que le tengo yo asco!. Un día llegó a las 9 y media, da la vuelta y se para al lau donde vivíamos nosotros. Le dije a ésta: “Ya vienen por mí”. Estaba comiendo un caldo de ajo y ésta me estaba friendo un huevo frito. Yo me salgo por el tejau, y cuando me largaba, arranca el coche. Aquél día cogieron a dos hombres uno de sesenta y otro de setenta, y los mataron. Uno era de Aedo, el caminero”.

V.S.

¡Ahí te jodas!

“Muchos de los matones murieron mal o con mucho remordimiento. Al poco de la guerra aquí se suicidó uno que había hecho bastantes cosas. Precisamente eso lo vio un pescador, muy majo él. Va ése, Chusquín se llamaba, y se tiró al río p´ahugarse, pero no se pudo ahugar porque sabía nadar. Después salió del río y se subió a un chopo y con su misma correa se ató y se ahugó. Y lo vio todo ese pescador. Y fue y dio parte: ese fulano de tal se ha ahurcau en tal sitio. La Guardia Civil le llamó a declarar: “¿Usté no ha visto cuando se iba a ahurcar?. “Sí, y lo he visto cuando se ha tirau al río”. “¿Y no lo podía haber evitau usté?”. “¡Qué sabía yo! Yo le vi que se tiró al río. Del río salió. Al poco rato vi que se subía a un chopo. ¿Qué sabía yo si se ponía a secar!”. Ése fue uno de los que le habían denunciado a él pa que lo matarían. Se conoce que dijo: “¡Ahí te jodas!”.

S. C.

“¿Cómo voy a olvidar el 36?”

Yo tenía entonces 15 años. Eramos una familia feliz, sin historias, mis padres, los cinco hermanos... Vino la guerra y nuestra familia quedó destruida. Mi madre fue detenida y encarcelada y escuchó todos los insultos que se pueden oír. Luego la asesinaron en el Perdón. Mi padre tuvo que irse voluntario para salvarse y mis hermanos mayores desaparecidos.... nos quedamos en casa las tres pequeñas, solas. ¡Qué desprecios! ¡Qué noches, cuando caía el silencio y salía yo de casa para robar alguna berza o lo que encontrara para comer! Pero el hambre no tenía importancia... Era la soledad en que nos quedamos. Nos habían arrebatado lo más grande que hay en la vida, la madre. Y esas hienas , que sabían que estábamos solas y se presentaban en casa con fusiles, a buscar armas decían, rompiendo colchones y hasta la única foto que guardábamos de nuestra madre. Luego me hacían presentarme en el cuartel y decían aquello de: “Habría que matar a todos, que los pequeños luego se hacen grandes”. ¿Qué miedo nos podían tener? Nosotros no éramos hijos de asesinos ni de criminales, sino de personas que querían el bienestar de todos, sin distinción de raza o fortuna. Esos crímenes tienen que ser aclarados, pero por la justicia, no por venganzas personales. Aunque yo, personalmente, nunca les perdonaré”.

Adora Garraza

Ya no me llamó más

“Francisco Abete, el suegro de Fortún el diputau, ése fue....lo mismo que su mujer. Falangista, de los jefes. La mujer igual se plantaba en medio un corro de hombres y soltaba un “Arriba España” y todos allí a levantar el brazo... Pues ese Francisco Abete me llamó a trabajar un día, que estaban haciendo unos canales de regadío. El empezó a hablar de política. Yo no me atrevía ni a hablar. Y él dale y dale y tanto habló que dijo: “Es que los alemanes no tienen suficiente terreno pa los habitantes que hay y tienen que buscar donde sea”. Y yo le dije: “Mire, muy bien. Usté tiene más de mil robadas de tierra; yo no tengo ni una perra ni una robada de tierra. Si yo lo mato a usté en su casa, ¿todo lo de usté es mío? Pues es lo mismo. Si los alemanes no tienen, que se conformen con lo suyo”.

¡Lo que le dije! Ya no me llamó más”.

Vicente Solchaga

Albañiles

“Estábamos de albañiles, los tres de izquierdas, en una casa de Allo. Ésta vino a traerme el almuerzo. Estábamos sentaus cuando llegaron dos guardias y dos requetes de Allo y Ángel Lainez estaba partiendo un melón, el primero que cogió de la huerta. Y les dice: “Si gustan ustedes”. “No, tenemos orden de detenerlo a usted”. ¡Allí, en medio el pueblo! Ya se cortó el almuerzo, la comida, la obra, todo. Al hombre ya lo habían detenido antes y lo habían soltau. ¡Y yo creía que entonces venían a por mí! Lo llevaron y lo mataron con mi hermano el día 5 de septiembre. La pobre mujer que haba ido con la cestica del almuerzo se revulcaba por el suelo cuando se lo llevaban. Entonces llegaba el hijo con el carro cargau de arena. Parece que los estoy viendo; pasear a ese hombre por toda la carretera, por tol pueblo, con esos dos de Allo y los dos guardias, y el Angel con los bombachos remangaus de hacer la masada cemento... Ya no volvimos a aquella obra”.

Vicente Solchaga

Mujeres

“...Una hermana del chico que te digo se dejó con el jefe de Allo. Ulibarri cogió primero a una muchacha y “si quieres salvar a tu hermano te tienes que dejar”. Y luego lo mismo a la otra hermana. Y sí salvaron a su hermano. ¡Ulibarri, sí, que era el que más mandaba! Eso no ha pasau en ningún pueblo como aquí. Y a una de las chicas no le importa decirlo, que se dejó por salvar a su hermano.... Fue curioso porque los matones ya habían dicho que lo iban a matar y estaban cinco en la cárcel, sacaron a cuatro y dejaron a uno. Y la gente del pueblo se quedó extrañada. Pero fue por lo de la hermana. Y una de las que mataron era la Blasa, soltera, que era comunista de la CNT. En Allo había un Ateneo Cultural y tenía una biblioteca. Mataron a casi todos de la biblioteca. Cuando la llevaban iba gritando por la calle: “Hay que salir de casa, que esta gente nos va a matar”. Detenerla y matarla fue todo uno. Fue una pareja de la Guardia Civil y otra de requetes. Muy valiente. Les plantó cara el último momento diciéndoles cobardes. Y luego la Rufina, que tenía cinco hijos. Era una mujer muy maja. La tuvieron 13 días en la cárcel y no probó ni el desayuno en los trece días. A ésta la llevaron porque sabía que “Chuscarrina”, el de la Falange, había matau antes a uno de Estella. La sacaron a matar con los demás y la mujer llamando a sus hijos...¡unos llantos...!.

Vicente Solchaga

sábado, 20 de septiembre de 2008

«Gerratik itzultzean, lagun batzuk ez ninduten agurtu»

JOXEMI SAIZAR

Lirio Diez (Eibar, 1920) bost urterekin etorri zen Tolosara bizitzera, bere aita Galo Diez lanera hona destinatu zutenean. Aita CNTko buruzagia izan zen estatu mailan gerra aurretik eta gerran zehar protagonismo handia izan zuen 1938an argitu gabeko heriotza iritsi zitzaion arte. Gaztetxo zela, Liriok errepublikazaleen aldean bizitu zuen gerra eta ondoren Frantziako hainbat kontzentrazio esparru ezagutu zuen. Gerraostean horren ondorioak jasan behar izan zituen.

Nongoa da zure familia eta nola iritsi zineten Tolosara?
Aita, Galo Diez, bilbotarra zen, 4 urterekin amarik gabe eta 8 urterekin aitarik gabe gelditu zen. Izebak jaso eta konbentu edo apaiz kolegio batean egon zela uste dut, zuen formazioagatik. Ama Oteo-koa (Araba) zen, Claudia Maiza. Zortzi seme-alaba izan zituzten eta azken biak, Elisea arreba eta ni Eibarren jaio ginen, beste guztiak Gasteizen. Ni bakarrik gelditzen naiz bizirik. Aita Singer josteko makina fabrikan egiten zuen lan Eibarren eta Tolosara destinatu zuten. Malumbresen aurrean makinak saldu eta neskak formatzen zituzten. Ama berriz, inguruko azoka guztietan aritzen zen baserriko produktuak saltzen.

Nolako ikasketak dituzu?
Eskola Munizipaletan ikasi nuen, Gorosabelen. Aita 10 urteko kartzelara zigortu zuten zortzi orduko lanorduagatik borroka handia izan zuelako. Atera zenean irakasleak berarekin hitz egin eta gehiago ezin zidala irakatsi esan zion. Aitak erantzun zion ezin zizkidala ikasketak ordaindu. Almena izan eta ezin estudiatu, hori gertatzen zen orduan. Dirudunek bakarrik zuten aukera. Hau da baloratzeko nork ikasten zuen hemen. Solfeoko bost urte ikasi nituen eliciano Beobiderekin eta Azurzarekin. Flauta Valmasedak erakutsi zidan. 12 urterekin edo sartu nintzen herriko musikan bandan, baina oso gutxi egon nintzen, lau bat urte edo. Gero, aita hil zenean,gerra garaian oraindik, Errepublikako gobernuak, gureak, unibertsitatean sartu ninduen. Ingenieritza Industriala ikasi nahi nuen, baina motza izan zen nire egonaldia. Lehendabizi Bartzelonan Usias March institutuan sartu nintzen. Batxilergo antzeko zerbait egiten ari zen belaunaldi batekin sartu ninduten. Errusiako unibertsitateen copia izan zen, langileen institutu batzuk ireki zituzten. Hor mundu guztia sar zitekeen, ez bakarrik gazteak eta haurrak, agureak ere bai. Suspenditutakoan hamabost eguneko habilitazio garaia ematen zizuten gainditzeko, eta bestela lanera eta beste bati pasoa utzi. Jendeak aukera izateko zen.Tarte horietan formazio bat jaso nuen, ondo etorri zitzaidan. Gero ikastaro ugari egin ditut. Titulurik ez dut, doktoradutzak egin ditut ingenieriekin enpresan.

Nolakoak ziren urte haiek?
Nire belaunaldian denok, gaizki edo ondo, futbolean eta pilotan jokatzen genuen. Amak kalendarioan apuntatzen zidan alpargatak noiz arte iraun behar zuten. Bere dirua ondo administratu behar izaten zuen emakume gaixoak. Okindegira bidaltzen ninduenean, beti bezperako ogia erosteko esaten zidan. Handik urte batzuetara jakin nuen zergatik. Hainbeste ez jateko! Pentsa ze gose pasatzen genuen.

Zer gehiago egiten zenuten?
Tuberkuloso asko zegoen gose garai hartan, jende asko hil zen nire belaunaldian. Horien alde eta beste motibo baterako saioak egiteko antzerki talde bat osatu genuen langileen kooperatiban. Korreo kalean zegoen eta gainean entsaiatzen genuen. Conchita Mozonekoa, Otxoa, moja joan zen bat... ginen.

Non harrapatu zintuen gerrak?
Haurrak ginen eta CNT sindikatura joaten ginen, Agintari kalean, eta gero Veleta elkartea dagoen pasadizoan, kartutxoetako perdigoiak atera eta posta sartzen genuen miliziarrentzat. Indar eta militante gutxi zuen, indarra hartzen ari zen. UGTrekin aliantza egin zutenean... Abuztuaren 11n, Leaburutik zetozen nazionalak. Aitak etxetik atera behar genuela esan zigun, ezer hartu gabe. Amak maindire bordatu batzuk hartu zituen, aitari kasorik egin gabe, baserrietako ohitura orduan. Uzturreko tiroak zubi Berrian jotzen zuten. Donostira eta handik Bilbora joan ginen. Ebakuazio ugari zeuden ko gestioak egingo zituela esan zidan aitak, baina belarri txarra nuela eta horretan ez nuela aritu nahi erantzun nion.

Bilbon tolosar gehiago ba al zegoen?
Gure bandan ez, baina Larrañaga batailoi sozialistako bandan Peñafiel anaiak zeuden. Gero Sacco e Vanzzetti eta batailoi horietan tolosar asko zeuden, tartean nire anaiak Alejandro, Felix eta Germinal. Beste anaia lehenago hil zen. Arreba bat,Aurora, Zaragozan harrapatu zuen gerrak, han zuelako senargaia eta gerra osoa Francorekin egin zuen. Borrokaldi batean 12 tolosar erori ziren, Collado, Melchor gorra...

Beraz, frontean ez zinen ibili?
Frontean batere ez. Gazteegia nintzen. Berehala fronteak hausten ari ziren. Abertzaleak Elizaren eta Aita Santuarekin negotziatzen ari zireneko zurrumurrua zabaldu zez eta Gobernuko Indalecio Prietok eta Alvarez del Vallek aitari hori ikertzea eskatu zioten, herria hobeto ezagutzen zuelako. Zaurituta zegoen nire anaia Santanderrera ebakuatu izuten eta handik Frantziara eta anaia zaharrenak, Felix, tenientea zena, ama, Elisea arreba eta ni hartu eta Ampueroraino ebakuatu gintuen. Bi egun pasa genituen itsasuntzi ingles baten zain. Santanderrera joan gintezkeela abisatu ziguten eta sartu ginen. Itsasuntzi inglesean Frantziara joan ginen, Dijonera. Errefuxiatu bezala egon ginen. Haurrak eta emakumeak ginen denok. Hilabete bat edo bi egon ginen han, hiruok eta koinata, Germinalen emaztea.

Nola hil zen aita?
Aita Valentzian hil zen 1938an, uztailaren 25ean, 58 urte zituela. Heriotz naturala izan zela esan zuten, baina ez dut sinesten. Ehun kilo inguru pisatzen zuen eta bejetarianoa zen, otorduak asko zaintzen zituen. Itsasoan kongestio batez hil zela esan zuten. Egun batzuk lehenago sekulako hitzaldia eman zuen Radio Valencian. Denen kontra hitz egiten zuen, baina batez ere komunisten aurka. Aurretik, martxoan, Bartzelonan, escolta jarri zioten arriskuan zegoelako. Handik gutxira Frantziako kanal batean Mariano R. Vazquez liderra eta kidea hilda agertu zen. Hil ondoren, garaiko prentsak nazioarteko lider gisa tratatu zuen.

Zein izan zen bere papera gerran?
Aurrena Tolosan bertan udaletxean egoten zen, ez dakit zein ardura ordurako. Hotel Carltonen sartu gintuzten denak, Eusko Jaurlaritzak zuen. Ama Las Arenaseko villa batera bidali zuten Tolosako beste batzuekin: Anita Pandal, Pepa katalandarra... Denetatik geunden han.Aita gobernura destinatu zuten, organizazioak han nahi zuelako, iparraldea ordezkatu behar zuen gobernuan. CNTko komite nazionalean idazkariorde nagusia izendatu zuten. Libertad musika bandan sartu nintzen Bilbon flautin gisa, Gaintza zuzendari zela, baina utzi egin nuen musika, belarri onik ez nuelako. Bartzelonara joaterakoan piloto ikastaroa egin nahi nuen Errusiara joateko, baina berehala baztertu ninduten, hiru anaia gerran egonda ezin zelako. Bartzelonan egunero zarzuela eta horrelakoak zeudenez, orkestra batean sartze- zuen, baina saiatu zen 12 fusilatu haiek salbatzen. Aita zena politikagatik inor hiltzearen aurka zegoen. Gero Donostian junta osatu zuten eta bera partaide zen. Gero Valentzian eta Bartzelonan egon zen. Aita hil zenean ama, arreba eta ni Bartzelonan geundenez, Alejandro anaia Ebroko frontera bidaltzea erabaki zuen erabaki zuen Gobernuak, postu burokratiko batean, elektrizitate teknikaria zenez, transmisio buru izendatu zuten, Extremadurako frontetik ateratzeko.

Nolakoa zen zure aita?
Pena dut gizon bezala berarekin hitz egitera ez nintzelako iritsi. CNTko buruzagi handia izan zen, hizlari sutsu eta ona, nazioarte mailan errekonozitua. Antikomunista. Ideia politikoengatik inor ezin zela hil uste zuen eta beste bandoko jende asko lagundu eta salbatu zuen horrela: karlistak, falangistak... Gero batzuk eskertu ziguten, baina beste batzuk ez. Ondo moldatzen zen jende guztiarekin.

Nola atera zineten Espainiatik?
Nazionalak aurrera zihoazenean, gu Bartzelonatik atera eta anaiak kamioneta batean ama, arreba, koinata eta ni sartu eta Figuerasera eraman gintuen. Handik mendiz gora Pirinioak oinez pasatu genituen 1939ko otsailaren 11n. Anaiak pistola eta galoiak eta guk dokumentazio guztia txikitu genuen. Gehiena galduta zegoen, Madril aldea gelditzen zen bakarrik. Hondamendia izan zen. Frantzian kontzentrazio esparruan sartu gintuzten Argeles sur Mer-en. Jende pila zegoen, eskutik helduta joan behar zen ez galtzeko. Emakumeak eta gizonak separatu gintuzten. 200.000 pertsona geundela hondartza batean zioen garaiko prentsak, zerua gainean eta lurra azpian, besterik ez. Jende asko hil zen han. Fronteak hausterakoan milioi erdi lagun pasatu ginen. Gaztetxook zortea genuen ogia eta haragi latak ekartzen zituen kamioietatik janaria harrapatzen inork ez gintuelako irabazten. Zaharragoek zailagoa zuten. Inglaterraren zegoen koinataren bidez jakin genuen arreba eta koinatua Dradignan emakume esparruan zeuden. Euskaldunak apirilean etorri ziren.

Gurs-eko zelai famatuan egon al zineten?
Bai euskaldunak beste kontzentrazio esparru batera eraman behar gintuztela esan ziguten, barrakak eta guzti, Gurs-era. Hobeto geunden. Doctoriarena eta Urra tolosarrak ere han izan zirela uste dut. Gero heriotz zigorra izan zuen. Anaiak Inglaterrara joatea lortu zuen, emazteak eskatuta, eta ni bakarrik gelditu nintzen. Gero zortea izan nuen, ama gaixo jarri zen, eta 18 urtekoak askatu egin behar zituztela esan zutenez, urte bat kendu eta atera nintzen Gursetik. Inor ez zen konturatu, Eibarren dokumentazio guztia erre egin zutelako. Urte askotan egon nintzen urte bat gutxiagorekin. Gero Frantziaren erdialdera joan nintzen ur saneamenduan lan egitera, leku hartatik ateratzeagatik, eta ama eta arreba Dradignaneko zelaitik atera eta nirenga ekartzea lortu nuen. Beste gerra tokatu zitzaigun, han, mundukoa. Maginot lerroa hautsi zenean, frantsesak denak iheska atera ziren. Ama Villafranque de Ruerguera eraman zuten kamioi batean eta arrebarekin Perpignaneko mugara jo nuen. Harrapatu eta berriro Argeles sur Mer-eko zelaira eraman ninduten, baina barrakak zeuden orain. Arreba emakumeen zelaira eraman zuten.

Ateratzeko aukerarik ez al zenuten?
Ameriketara joateko aukera izan nuen, Argentina, Mexiko, AEB... baina etxera etxera itzultzea pentsatzen genuen. Amak Felixen ondoan egon nahi zuela hiltzerakoan. Felix Santanderren hartu, ebakuatu eta heriotz zigorra jarri zioten, Ondarretan. Gero atera zuten, Tolosako herria oso ondo portatu zen orduan. Badakit zein aritu ziren eta lortu zuten ateratzea. Kontzentrazio zelaian nengoela frantsesa pixka bat ikasi nuen. Interpreteak eta kaligrafia onekoak behar zituzten, presentatu agintari militarrengana eta Eugenio Rey Rocamora abiazio komandantearekin tokatu zitzaidan, oso famatua. Oso laguna egin nintzen. Bulegoan sartu nintzen. Baina konturatu nintzen munduko gerrako okupazio indarrak ginela eta alde egin nuen, Francok eman zuen amnistiarekin. Arreba kontzentrazio esparrutik atera nuen komandarearen sinadurarekin eta amarekin elkartu nuen Villefranquen. Ni Perpignanera kontsularengana joan eta soldaduskara aurkeztu nahi nuela esan nuen.

Nola izan zen sarrera?
Muga pasa nuen Port Boun 1941eko apirilaren 23an, nire urtebetetzean, eta Figueraseko gaztelura eraman ninduten. Hilabete bat edo horrela egongo nintzen. Gero Reuseko (Tarragona) kontzentrazio esparrura bidali ninduten eta hiru bat hilabete egin nituen aske gelditu arte.

Eta soldaduska egin behar izan zenuen?
Aske utzi eta Tolosarako biletea eman zidaten. 42ko kintan inkorporatu nintzen, nirea baino urtebete gazteagoa, lehen esandakoagatik. Gerrak pasata gero lau urteko soldaduska egin behar izan nuen Burgosen, zalditerian. Tiron emaitza onak lortzeagatik hilabeteko baimena eman ziguten eta Tolosako Almi akademian mekanografia eta takigrafia ikasteko aprobetxatu nuen. Horrekin Capitania Generalerako oposizioak atera nituen, postu on bat, soldaduska amaiera arte.

Nola izan zen itzulera Tolosara?
1946an itzuli nintzen Tolosara, ia hamar urte egon gabe. Agurtuko nindutela uste nuenak ez ninduten agurtu. Baina handik 8-12 urtera, Iruña kafetegian nengoela, horietako bat mozkortuta sartu zen nire lagunik onena zela esanez. Begiratu, lepotik heldu, eta lagunak ezagutzeko mozkortuta ez zela egon behar erantzun nion, beste egun batean, normal zegoenean, eskua eskatuz gero emango niola esan nion. Eta etorri zen. Gero adiskidetasunarekin jarraitu genuen. Txorakeria izan zen. Nik uste dut guk irabazi izan bagenu, horrela ez nuela jokatuko besteekin, alderantziz, lagundu egingo nieke.

Zer zenuten etorri zinetenean?
Ezer ez, dena lapurtu ziguten, etxe ederra, altzari onak, liburuak, zegoen liburutegirik onenetakoa zegoen gure etxean, aitak berdin zuen Tolstoi edo Aita Santua, erreklamatu nahi izan nuen. Erre egin zitzaiela esan zidaten. Nola erreko zitzaien? Hereje txarrenek ere ez lukete egingo. Etxe txiki batean sartu zen ama eta soldaduskatik itzultzerakoan beste batera joan ginen.

Zer gogoratzen duzu gerraoesteaz?
Gosearekin ohituta nengoen kontzentrazio esparruetan. Mendira gaztainak jasotzera joaten ginen. Lana banuen, aurrena pulidora batean, gero Aznar kaldererian eta azkenik Insaluseko Uran.

Gerra Zibilaren eragina jasan al zenuten?
Politikoki jarraitua izan nintzen, baina jendearekin gauzak normaltzen joan ziren. Hala ere Australian bizi zen Alejandro anaia etortzen zenean, 30 urte pasatu zituen muga ezin pasa. Oporrak Donibane Lohitzunen pasatzen zituen eta gu hara joaten ginen ikustera, baina arazo handiekin. Hemen bizi eta ondo erlazionatua zegoen lagun eibartar batek lagundu zigun eta handik aurrera muga pasatzeko arazorik ez genuen izan.

TOLOSAKOHITZA HARTUTA